Retazos de un bastardo
Una novela psicológica
Óscar Nóbregas
Cristian recibe en París la noticia de la misteriosa desaparición de su mejor amigo. Regresa a Madrid. En la buhardilla de Víctor encuentra sobre el caballete un lienzo enigmático y unos escritos que probablemente le den la clave para esclarecerlo todo.
«Cuando un libro te hace pensar, te hace sentir, te hace volar y encima mete el dedo en la llaga respecto a todo lo trascendental, creo que no se puede pedir más…
Sin duda, lo más original que he leído en mucho tiempo.»
Antonio Herrera Casado
Capítulo 1
Cristian no daba crédito a lo que leía. Llevaba tres años sin saber apenas de él, aunque raro era el día en que al menos una fugaz imagen de su rostro no pasaba por sus recuerdos…
Lee el inicio de la novela entrando en este enlace: www.aache.com/varios/mayuscu18.htm
(A la venta en la Casa del Libro y Crisol)
Me ha impactado la lectura de esta novela. El protagonista de RETAZOS DE UN BASTARDO describe una definición de la felicidad que me encanta:
“Qué es la felicidad… ¿Una chispa de placer? ¿Una luz fugaz en la mente?
Quizás sí, aunque… siempre será algo efímero e inconstante. La felicidad es un dulce estado de ánimo pasajero; pero nunca podrá ser una condición eterna, Si fuéramos en todo momento felices, nunca sabríamos con certeza lo que significa esa palabra; no existiría como tal. Hay que desearla por muchas veces, pero no para siempre. Eso es una utopía absurda.
La felicidad es como las olas que nacen y mueren en la orilla: podemos esperar a que nazca una nueva para hacernos sentir bien; pero no podemos pretender que una única ola quede detenida eternamente sobre el mar. Dejaría de ser una ola espumosa para convertirse en una montaña helada, perdiendo así toda su viveza.
La felicidad es algo por lo que hay que luchar día tras día, sin tregua alguna. Si la felicidad fuese eterna estaría condenada a desaparecer, y yo no quiero que esto suceda, porque quiero ser feliz.”