Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
GABRIEL GARCIA MÁRQUEZ
Dejará mi memoria en la ribera
una sombra que me llevare al día
y podrá persuadir esta alma mía
de perder cuidado a ley tan severa.
Bastábale al clavel sangre postrera
del labio en que se vio por donde ardía,
pecar sabe mi llama en agua fría,
hora que se me antoja zalamera.
Si sangre derramó pérfida boca,
para que victoriosa amaneciese,
llanto al clavel y sonrisa barroca.
Si cuidado de la grana tuviese
por prudencia que el hilo fino embroca,
vivas a la flor, mientras el llanto cese.
Usue Mendaza
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