La sangre sobre la nieve es más roja! Pensó-. De no haber sido suyo el tinte,la visión de aquel blanco tapíz mancillado por el manantial escarlata, hubiera sido bella.
Los disparos le alcanzaron entre el cuello y el corazón,al bajarse del coche y encarar el pequeño camino hacia la cabaña.
Hincó las rodillas soltando el maletín de su mano izquierda. Cayó de bruces, recordando su niñez a orillas de aquel ardiente lago bajo el fuego del sol tardío.
En su agonía, identificó al corpulento inspector. Avanzaba hacia él desde una esquina del lúgubre chamizo portando una carabina sobre el hombro.
Claro! concluyó. Las misteriosas llamadas a su mujer. El lo manipuló todo: el secuestro, las instrucciones
…Ella estaba allí.
Agachandose para recojer el dinero, el inspector pareció disculparse…-No es nada personal!-
Según se alejaban hacia el garaje, reconoció el abrigo. Fué su regalo de aniversario dos semanas antes. Sus ojos se humedecieron.
-Camille…por qué?

Alberto San Miguel Palacios