Nos encontramos ante una obra muy interesante tanto desde el punto de vista formal como desde el contenido de la misma. La obra comienza con una canción en la que el autor muestra su habilidad para la poesía, sirviendo de prólogo para sumergirnos en el grueso central del escrito, que está compuesto por un ensayo acerca de la libertad, y termina con un breve relato sobre la razón.
  El autor se aleja con acierto de los sesudos escritos ensayísticos de autores más consagrados para tratar de adentrarse en un tema que, no por conocido, deja de ser interesante. Para ello aborda todos los términos que, a su juicio, son básicos para la comprensión de lo que supone dicho término, siempre desde un punto de vista subjetivo. El estilo es fluido y ameno, lo que es de agradecer en obras de este tipo. Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos, cae en los mismos temas recurrentes de los que parece querer huir, cosa que es prácticamente inevitable puesto que al hablar de libertad es necesario aludir a ciertos aspectos si se quiere tratar el tema con rigor.
  La obra termina con un relato acerca de la razón, recuperando el toque poético de la primera parte de la obra y demostrando el buen gusto con que el autor se desenvuelve en este campo.