Pianola

Montaser, ha sido impaciente y iba llevando mucha ancia hacia el dia antifiesta menor,*que se llama”Wakfa”, tal dia le llevaria dos oportunidades alegres, la primera era la confirmacion del propietario de la Agencia de darle propina festiva, la segunda era la ceremonia del matrimonio de la hija de su tio, cual tendria lugar en el edificio de la fachada Blanca enfrente la costa oriental del Golfo de Alejandria, cerca del monunento del soldado desconocido. Tal ceremonia, que la animaria el cantante folklorico alejandrino, Hofni Ahmed Hassan, el cantante folklorico mas famoso de aquel época.
Marcel, habitaba en la planta primera del domicilio del patriarca, que fue enfrente de la oficina de la Agencia donde trabaja Montaser, esta en el centro del barrio Latino, lujo, de Alejandria.
Montaser, suele mirar a hurtadillas a ella detras del vidrio de la ventana de su despacho.  Ella lo mira por sus bonitos ojos, hacienda gestos y senales, por sus rojizos labios y sus dedos muy finos.
Los muselmanes, tienen dos fiestas sagradas al año, la fiesta mayor y la fiesta menor, la fiesta menor viene directamente despues del mes de Ramadan, y la mayor viente el dia decimo de (Zul Hijjah) que es el ultimo mes del año muselman.

En los sesenta del siglo anterior, la atmosfera del barrio Latino era muy distinta, la tranquilidad, la limpieza del lugar, la vacuidad de los calles de los automoviles, daba un sentimiento de calma. Los automoviles eran tan pocos y muy conocidos, pertenecian a los ricos, no se por que casi todos eran de color negro.  La mayoria de la gente no los tenian, sino los feudalismos y los capitalismos de la ciudad, quien obtenian las anchas fincas y los largos campos de algodon y los otros quien obtenian las fabricas y los bancos, se llaman en aquel entonces los Bachas y los Bakes ( dos titulos turkos, dados a los propietarios de la riqueza de aquella ‘epoca) .
Marco fue un joven Delgado, corto, narizon, con piernas depiles, los senales de la enfermedad de la viejetud temperanera eran muy claros sobre su cara.  Su rostro era muy amarilio palido, senal del muy poco sangre del cuerpo.  Su camisa era de tamano mas grande de su cuerpo, su pantaloon tan grueso cual caia muchas veces, siempre paraba para tirarlo por arriba, no pasaba poco tiempo hasta que se iba caido de Nuevo.  Cuando habia sido caminando, las mangas del pantaloon se bajaban poco a poco hasta que llegan al suelo, se le complican los pasos mas y le dificultaban el camino por el trapezon repetido.  En tal momento no tenia mas remedio que sacar una cuerda elastica para atar las mangas largas tirandolas por arriba, hasta que llegan a las rodillas secas.    Marco era maestro de la pianola, siempre lo veo llevando la caja tan pesada que contenia la maquina del aparato sobre su espalda.  Ese peso tan molesto, en verdad, no se, como el popre Marco habia podido llevarlo sobre sus hombros tan depiles, y como podia caminar aguantandolo a toda esa distancia tan larga?, agugereando las calles del barrio Latino, sin sentir cansancio.?
Caminaba capturando con toda fuerza de sus manos la cintura de cuero, de la caja maderal del aparato, para que no se caiga al suelo con el, o mas bien, sobre el.  Caminaba, paso por paso y calle por calle, hasta que llegue al barrio del Mesallah, ” Columna Faronica” .  Desde alli, pasaba por el Mercado frances y luego a la calle de Safiya Zaglool.  En cada calle de esos, se paraba un rato, empieza por abrir el portador maderal, iba bajando lentamente la caja del pianola y se la pone sobre el portador.  Haciendo parar adelante de los domecillos habitados por griegos, italianos y egipcios de alta nivel etcâ?¦
Alli, comenzaba coger la pedal metalica del color bronce y lo mueve.
La armonia de la musica salia muy sencilla y clara, hacienda desplegar la tranquilidad en todo el lugar, uniendo la atmosfera del mar de Alejandria con toda bellza de la ciudad. el aire fresco de las tardes animaba las mejillas de los escuchadores donde llegaba la musica suavemente atraves las orejas cruzando por el alma.
El maestro Marco, se retorno contento al ver las senales de la alegria dibujada dentro los ojos de la gente, quien habian sido salir a los balcones para escuchar a su musica tan atractiva.
Al termiar la musica, el maestro Marco, empezaba a coger su pandereta y tocarla suavemente por los dedos, y baila, haciendo rutas redondas desarregladas, era un baile muy extrano, igual como el baile de los aves locos que han sido huyendo adelante un cazador curuel en la silva.  En ese momento no tenia ningun inconveniencia caerse varias veces por causa de su pantalon, lo cual se resuelta de su nudo elastico, sin dar cuenta alguna por ello.
A pesar de todo lo que ocurria, el maestro Marco, se ponia muy serio y nunca se paraba su baile, por tales motivos.  Toda la gente empezaban a rierse tanto, dandose aplausos al maestro bailarino.  En ese momento comienza a extender su pandereta a boca arriba, para recibir las monedas caidas desde las ventanas y los balcones.
El sonido del pianola, era como si fuese cita   desdeclarativa entre los dos amantes, en donde se pueden verse cada uno desde su sitio determinado en el balcon.  Al oir el sonido del pianola, Marcel sale al balcon silenciosamente, com mucho  cuidado y temor, por causa de la colera de su madre tan ortodoxa, que fue irritada por esa relacion de su hija Cristiana con ese joven muselman.
Las monedas que Marcel habia ahorrado durante la semana se las saca de su bolsa y se las echaba a Marco, cual daba un saludo digno por la inclinacion de su cabeza tantas veces, seguiendolas con unas palabras desconocidas, sino la palabra grattsi.
Ya, que llego el dia de la espera, en lo cual vino tamien Marco llevando su pianola sobre su espalda. Marcel salio de su escondrijo con silencio.  Montaser abrio el cajon de su despacho y saco un cigarro de tabaco mezclado con hierba Buena y salio al balcon par ver a Marcel y escuchar la musica de Marco.  Los dos eran muy contentos, intercambiaban las senales como siempre, Marco termino su baile y empezaba a extender su pandereta para recibir las monedas, mientras Marcel estaba al punto de echar la propina al bailarino, en tal momento la madre aparecio por detras de ella y la cogio por el pelo dandola una paliza magnifica.   Montaser, de pronto cerro la ventana y escondio dentro de su despacho, miro a su reloj, era la hora de cerrar la Agencia par air a comer y echar la siesta.  En seguida salio corriendo a la calle por medio de la puerta de detras.
Era tan inquieto, no podia dormer las siesta como siempre, cuando su reloj llego a los cuatro y media, en seguida vistio una camisa nueva de mangas cortas, puso su elegante corbata, salio de su casa derigido a la Agencia, era lleno de alegria, en espera de coger la propina festiva.
El monumento del soldado  desconocido

Caminaba por la calle de costa del Golfo Alejandrino, contemplando la carrera de regattas, mirando a las velas que habian bailando con el aire libre del mar mediterraneo.  El olor del agua salera y la hierba verde del mar daban un sabor muy interesante para el. 
Ya, llego a la plaza de Mohattet el Ramel, donde existe la statua de Saad Zaglool, el famoso defensor contra la Ocupacion Inglesa, estado a pie, sobre su altisima base de marmol granito de color rojo liso, mirando al mar con toda dignidad que lleva dentro de su espiritu.   Cuando ha sido muy cerca de la Agencia, olia quema, oh, Dios mio- dijo a su mismo- , observo que los ilos del humo venian desde la ventana de la Agencia, salio la escalera com mucho miedo, sus pies apenas subian la escalera, su cuerpo temblaba mucho y su Corazon latia con fuerza.  Cuando llego a la entrada de la estatua del defensor egipcio Saad Zaglool…                    

…Agencia donde estaba su despacho, encontro todo oscuro, muebles totalmente quemadas,el suelo estaba mojado por agua negra, la negrura era por todas partes sobre los paredes, caminaba silenciosamente sobre sus dedos de los pies, al otro lado, Marcel estaba sentada detras del vidrio, hacienda senales repetidas hacia el, diciendole que no tiene que entrar mas, porque el propietario de la Agentcia estaba esperandole dentro de su despacho, lleno de odio, pero Montaser no dio caso y seguio hacia dentro con solidad, para capturer su propina festiva.

Salah M.A. Abo Shanab

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